tirando la cuerda

del muro de https://www.facebook.com/justo.cruz.73

La gran desgracia de nosotros los cubanos es la capacidad que tienen y tenemos muchos de subestimarnos y de subestimarse a sí mismo. Es como si no nos conocieran o no nos conociéramos a nosotros mismos. Cuando hablo de «muchos» me refiero a las dos orillas. Antes estaba prohibida la tenencia de divisas, la entrada a los hoteles para turistas, sacar un pasaporte, comprar un pasaje y viajar.

Era difícil entender los argumentos. Los enemigos del pueblo cubano pensaban que sin Fidel Castro la Revolución se caería abajo, por eso trataron de asesinarlo cientos de veces. Recuerdo ya hace algunos años estando en Varadero con mi familia la mirada de terror de mis hijos cuando nos dijeron que yo, su papá no podía montar el Catamarán por ser cubano. Hasta el día de hoy no nos hemos podido recuperar del shock. Jamás hemos vuelto a Varadero. Sobre todo mi esposa se resiste a visitar ese lugar de Cuba. Tenemos tristes recuerdos, no solo por el Catamarán. En estos días el dichoso catamarán vuelve a ser noticias. Ya el dólar esta liberado, cubanos y extranjeros pueden bañarse juntos en las piscinas de los hoteles. Los cubanos pueden sacar un pasaporte, comprarse un pasaje, viajar, el Comandante aunque vive en el corazón de la inmensa mayoría del pueblo cubano, ya no está físicamente.

Todas estas cosas han pasado y la Revolución sigue en pié, no se ha caído y los mismos de siempre han tenido que volver a desempaquetar maletas. Todavía quedan algunas prohibiciones difícil de entender para la mayoría que no entiende y valga la redundancia. Como por ejemplo que cubanos de afuera y de adentro cuando están de vacaciones en la isla no pueden alquilar botes o catamaranas. Lo triste del caso es que nadie explica las razones, no entiendo el por qué, quizás exista una razón de fuerza mayor, pero por favor díganla.

Un día de esto, cuando podamos alquilar botes, catamaranas, cuando cubanos residentes en el exterior puedan invertir sus ahorros en Cuba y así contribuir al desarrollo del país y al mejoramiento de las condiciones de vida y de trabajo de nuestros familiares, amigos y compañeros, cuando todo esto suceda verán como la Revolución seguirá en pié, y hasta más fortalecida que nunca, pero sobre todo seríamos un poco más felices. Solo hay que tener un poco más de confianza en la mayoría de nuestro pueblo, que sabe lo que hace. . Esa es la Cuba que somos.